martes, 10 de diciembre de 2013

EL PLATILLO VOLANTE

Lo que os voy a contar ocurrió mas o menos cuando yo tendría unos dieciocho años,  1947 o 48. Entonces no había yo visto ni por el forro un tubo fluorescente, así que no podía saber de color era su luz. Hago esta aclaración que os servirá luego de recordatorio. comienzo mi relato, (verídico). Una tarde de verano, vamos medio tarde medio noche, mejor un atardecer (ya que el Parque de Los Pinos  se cerró siempre antes de hacerse de noche) estábamos mi amiga Carmen y yo en uno de los bancos esculpidos en uno de los canchos, cerca de la charca de los patos (bueno aquí se llaman canchos, son rocas o peñascos)   cuando de pronto vimos venir por la parte de los Arcos de San Antón (acueducto) para los que desconozcan Plasencia (por la parte sur), como una especie de enorme luna, que girando sobre si misma iba perdiendo altura vertiginosamente, hasta parecer que iba a chocer contra los Arcos. Una intensa y cegadora luz fluorescente iluminó todo el parque, algunas personas se echaron cuerpo a tierra, creyendo que aquello nos iba a aplastar. No recuerdo si hizo algún ruido. Pero aquello que se nos veía encima era redondo, enorme y reluciente hasta desprender aquella luz cegadora. Pues cuando parecía que iba directa al suelo, comenzó a elevarse siempre girando sobre si misma e impartiendo la luz mas tenue a medida que se alejaba, y tomando altura se alejó hasta hacerse invisible por la parte de la Data (por oriente) En su avistación, nos formó como una enorme V. Al pasar todo, quedó el atardecer oscuro y el Parque vacío, ya que todo el mundo salió huyendo como alma que se lleva el diablo. Poco tiempo después los periódicos comenzaron a decir que habían sido avistados unos platillos voladores, y hasta nos asustarosn con aquellos imaginarios Marcianos que venían a invadir la tierra. Aquel verano aún tuvimos otra cosa rara, que os contaré mañana, me he quedado como siempre sin "papel"

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