jueves, 18 de diciembre de 2014

FIESTAS DE NAVIDAD EN LA UNIVERSIDAD DE MAYORES DE PLASENCIA 2014 (III)

Los que llegaban eran pastorcitos que aseguraban que un Angel, les había dicho que era el Niño Dios. Luego llegaron unos señorones rícamente vestidos con coronas en la cabeza (que debían ser Reyes)y aseguraron que una estrella los había guiado hasta allí. Portaban ricos regalos para el Niñito, le adoraron, se montaron en sus camellos y se fueron.. Los pastores, cantaron y bailaron hasta cansarse y poco a poco se fueron marchando.NADIE, salió de su escondite y le dijo a la Señora:
-Por favor, Señora, déjeme que le ayude con su Niño, yo no tengo a nadie, y si me alejara de él, me moriría de pena.
La Señora, lo cogió en brazos, le dió un beso y NADIE, creyó morir de dicha. Luego se le acercó a su esposo para que le bendijera y le acercó al Niño para que le besara. La Señora, le acurrucó contra su pecho. NADIE, estaba anonadado en el colmo de la felicidad y se quedo dormido... y para siempre.Desde entonces, la noche de Nochebuena, hay una estrella en el Cielo que reluce mas que ninguna que se llama NADIE 

FIESTAS DE NAVIDAD EN LA UNIVERSIDAD DE MAYORES DE PLASENCIA (II)

-Angeles, me llamo Angeles (No podía llamarse de otra manera) ¿Y tu?
-Nadie, señora
.¡Que extraño nombre¡, dijo la señora. Se despidieron. Salió a la calle y todo habíua cambiado como por arte de magia. ¡Que preciosa noche¡ ¡Cuántas luces de colores¡ La gente pasaba llena de paquetes y sonriendo se deseaban ¡Feliz Navidad¡. Para NADIE, había sido una gran tarde y también sería una gran noche. Tenía ropa nueva, Había cenado como nunca. Se sintió feliz por primera vez en su vida. Pero  el bullicio no le gustaba. Marcó sin rumbo y se disponía a dormir apoyado en un árbol. Pero aquella noche debía ser especial. Se le acercó un conejito con las orejas tiesas color de rosa como su hociquito, y el rabito tieso y , como dorado que le preguntó:
¿Cómo te llamas?
-NADIE ¿Y tú?
.Yo no tengo nombre.
-Pues yo te llamaré Rabito de oro.
.Me gusta, dijo el espabilado conejito. Y ahora que somos amigos, te buscaré un sitio mejor para dormir- Al lado de mi madriguera, hay un arbol viejo que tiene un gran hueco y te cobijará del frío. Bueno, me quedaré contigo para darte calor ahora que somos amigos. Una ovejita que dormitaba en el redil, escuchó la conversación, y se dispuso aunirse al grupo.. De un salto, se puso junto a ellos y le dijo a Rabito de Oro:
-Con tus dientes, vas a tirar de mi lana. sacas una hebra, yo me fabricaré un ganchillo con un palito y haremos una manta para arrroparnos los tres.
-NADIE, estaba radiante de felicidad, por primera vez tenía amigos, no estaba solo. Se acurrucaron los tres, y se durmieron. Pero a media noche, los despertó una cegadora luz y unas música dulcísima. Sin pensarlo mucho, los tres marcharon tras la luz y la música, que los condujo a un establo, donde vieron a un hermosísimoiniño con sus padres, NADIE, creyó morir de emoción. No se atrevieron a acercarse. había nevado y hacía frio, mucho frio. Los padres, cansados se quedaron dormidos. Se acercaron con cuidado al pesebre. El niño. les sonrió. Le taparon con su manta por si tenia frio-
-¿Y si tiene hambre,? dijo NADIE
Rabito de oro muy dispuesto dijo:
-NADIE, agárrame por las patas traseras, me das un golpe en la nuca, hacéis lumbre, me asais y le dais de comer al niño.
.¡Que disparate¡ dijo la oveja, tu NADIE, coge al niño, le pones junto a mi ubre, y yo le alimentaré con mi leche-NADIE, se dispuso a coger al niño, pero... Pero un gran tumulto de gente que se acercaba trayendo regalos al niño, los asustó. Rabito de oro, corrió veloz, la ovejita hizo lo mismo, pero a NADIE se le negaron sus flacas piernas y se escondió detrás del pesebre
Mañana le termino

miércoles, 17 de diciembre de 2014

FIESTAS DE NAVIDAD EN LA UNIVERSIDAD DE MAYORES DE PLASENCIA

Ayer celebramos en la Universidad de Mayores de Plasencia, las fiestas de Navidad. Tomamos las vacaciones Navideñas hasta mediados de Enero, casi un mes, (no hay que agobiar a los abuelitos). Os cuento, todos particimamos en las fiesta, unos grupos, cantan, otros recitan, uno que es un artísta con la ármónica nos tocó varias cosas, la que mas nos gustó fué la LUNA DE MIEL. Tuvimos hasta un concierto de saxofón, una novedad, el grupo de posgrado, vestidas de mozas (de traje reginal) con el acompañamiento de nuestro tamborilero particular, Carlos Clemente, cantaron varios villancicos. El Coro, por supuesto tambien cantó varios villancicos, que hay que darlos como mínimo un diez. Yo leí un cuento de Navidad, que escribí para este día y que gustó mucho, pues fui muy aplaudida y felicitada, todos los cursos nos lucimos cada uno de una manera, luego nos fuimos a cenar todos juntos, para seguir la fiesta, que ya sabéis, bien cenados, bien bebidos, la alegría se desborda, hubo risas y alegría, nos juntamos a cenar unos ciento treinta. Parece mentira que ambiente hemos creado, en nuestra clase estamos dos cursos juntos y  nunca hemos tenido una discusión, ni una palabra desagradable,( y somos alrededor de cien), pero las clases son como una fiesta para todos. Tenemos unos profesores estupendos y aprendemos muchas cosas, otras recordamos, en fin que los lunes y miércoles los esperamos como agua de Mayo. Tuvimos tras la cena, baile, alguien tendrá hoy su cansancio, pues parecemos jovencitos a la hora de "menear el solomillo" En fin lo pasamos en grande y deseando volver a juntarnos. Me han pedido que trascriba el cuento que yo escribí y leí, así que los complazco y copio.
NADIE Cuento de Navidad. No sabía, ni cuando ni como había nacido, ni si había tenido padres o era una planta que se había hecho niño.Desde que tenía memoria de su existencia, estaba solo. Andaba errante. Cuando comía, era de paso. En una huerta cogía una hojita de lechuga, un tomate, o una manzanita que hubiera caido al suelo de u.n árbol, pues sus piernas cortas y flacas, no le permitían escalar al árbol.Casi siempre tenía que compartir la manzana con un gusanito. Eso si, siempre respetando su parte, seguro que el gusanito también tendría hambre. Iba sin rumbo, dormía en el quicio de una puerta hecho un ovillo, o en un banco del parque en el verano.... donde le pillaba la noche. Veía de lejos jugar a los niños alegremente en el parque. Le gustaba. Unas señoras los cuidaban cariñosamente que los niños llamaban mamá. ¿Habré yo tenido alguna vez mamá?_ se preguntaba. Un día llegó a sus manos una pelota, la cogió. Vino a buscarla una preciosa niña rubia y se la dió. Había tenido por primera vez un juguete en sus manos ¡que ilusión¡
-¿Cómo te llamas?- le preguntó la niña.
Se quedó pensando y dijo: NADIE.
¡Que nombre mas raro- dijo la niña y se marchó con la pelota-
Así era su vida. Un dia, una señora de cara sonriente y pelo blanco, le dijo:
-V en a mi casa, te pondré unas calzonas y un jersey que le han quedado pequeños a mi nieto, y estarás mas abriguadito que con esos harapos que llevas, que hace frío- Así que era una abuela, no una mamá.Pensó que las abuelas debían ser Angeles. ¡Que calentito con su ropa nueva¡ No sabía dar las gracias, así que besó aquellas manos y regño con sus lágrimas de agradecimiento. Pero la abuela, hizo mas. Le preparó un bocadillo de pan blanco y tierno con una cosa redonda y r9oja dentro, que estaba muy bueno y que NADIE, comio con fruición. Se atrevió a preguntar a la abuela como se llamaba.

sábado, 13 de diciembre de 2014

AQUELLAS NAVIDADES ENTRAÑABLES DE MI INFANCIA (III)

Como la tarde no está para paseos, os acabaré de contar aquellas entrañables Navidades, donde casi no teníamos nada y éramos felices. A la Misa del Gallo, acudían tambien  otros matrimoniois amigos de mis padres, Los Berrocoso, tenían dos hijos, una como mi hermano Berna, mas o menos y otro mas pequeño, que a mi me servía como pareja para los bailes que organízábamos tras la Misa. Mi hermano Candi, era mas pequeño y quedaba desparejado y le tocaba o la chica que tenían los Berrocoso de criada, creo que se llamaba Pepa y mi hermano no la podía ver ni en pintura, así que emparejarlos era parte der la fiesta, o a una prima, que era mayor que el y tampoco le hacía mucha gracias, pero esto viene después. Mi madre antes de ir a Misa, ya había preparado un buen puchero de café para taparnos el frio, pero lo que todos estábamos deseando es que nos sacara la Sopa de Almendras. Nunca supe como las hacía, se que freia las rebanadas de pan y ponía una capa de almendras y azúcar encima, así una y otra vez hasta el tope de una fuente que solo servía cada año para eso. Luego le echaba la leche hirviendo, y canela y no se cuantas cosas mas, pero que hacía las delicias del personal. Entonces no teníamos aparatos que nos hicieran música... pero para que necesitábamos aparatos si nosotros solitos éramos capaces de estropear las mejores partituras y bailar. También jugábamos a las sillas. Ya sabéis, siempre falta una y pierde el que se queda sin asiento, a la escoba, que era ir bailando, quien tenía la escoba, la tiraba y había que cambiar de pareja, el que quedaba en blanco, hacía de escoba, formábamos una algarabía tremenda y sobre todo cuando en el baile le tocoba a Candi con la chacha, cosa por otra parte que todos procurábamos que sucediese. Cuando nos cansábamos íbamos a otra casa a comer los dulces, y así hasta que casi amaneciendo llegábamos a casa mas contentos que unas pascuas y con la voz de un arriero borracho de las cantinelaas. Los mayores se nos fueron y los demás crecimos, nos casamos y todo cambió. Ahora cuando nos encontramos los supervivientes, siempre comentamos aquellas entrañables Nochebuenas. Para los niños, empezaba la fiesta por la tarde (debía haber empezado por aquí) íbamos a pedir el aguinaldo por las casas de los vecinos y parientes, con nuestros instrumentos musicales, que consistian en una zambomba hecha con un bote, un trozo de tripa y una pajita que algún albardero nos regalaba. Los que no tenían panderetas, con un trozo de tabla y unos platillos de los botellines de gaseosa macahcados, una pua clavada en medio de los platillos a la tabla, y zas, una sonaja, alguna castañuela y a dar la murga. Teníamos la obligación de cuando nos daban aguinaldo, que a lo mejor era una perra gorda (diez céntimos de peseta) o caramelos, la pandereta hacía de "gorrilla", cantar un villancico, y en algunas casas que sabían quienes éramos y no querían darnos nada, o no nos abrían la puerta también para eso teníamos nuestra canción. DAME EL AGUINALDO QUE ES LO QUE TE PIDO, SI NO ME LO DAS, ME CAGO EN EL PORTAL. Otra perla: ESTAS PUERTAS SON MUY ALTAS Y EL CERROJO DE MADERA, A TODOS LOS QUE ESTÉN DENTRO, QUE LOS ENTRE CAGALERA- Nosotros teníamos costumbre por la tarde de ir a casa de mi madrina, que era muy señorona y no salía de casa mas que a Misa, con su criada y su reclinatorio rojo de terciopelo. Pues mi padre, cantaba mal, pero Pablo, el marido de mi madrina, no cantaba, berreaba, se ponían unas copitas de gloria, y aquel "tocadiscos gargantil" se ponía en marcha. Siempre un eterno villancico, que aburría a los mas pacientes y que a ellos los divertía grandemente, y que al final cantábamos todos a ver quien lo hacía peor. Luego a casita y ahora si que debía haber comenzado, pero, ya no hay remedio, espero haberos entretenido, a mi me sirve de añoranza, y me acompaña en mi soledad

AQUELLAS NAVIDADES ENTRAÑABLES DE MI INFANCIA (II)

El Gallito, pasaba la noche al sereno, por la mañana estaba mas tieso que don Canuto en un día de fiesta, hasta la cresta se le habia descolorido del frio nocturno que había pasado. Luego mi madre lo troceaba y le hacía un guiso con almendras y al final machacaba la yema de un huevo cocido y picaba la clara y aquelo, estaba de rechupete lairón. No es como los pollos de ahora que se cuecen en pocos minutos, aquellos buenos mozos, criados a su libre albedrio en el campo, eran bastante mas duros, y la lumbre de carbón, mas lenta, así que había que estar todo la tarde pendiente del ave y soplando la lumbre. Todos estábamos dispuestos a probar el pollo a ver que tal estaba, pero mi madre no nos dejaba, pues a lo mejor peligraba alguna tajada (estoy hablando de la posguerra que a lo mejor tenñiamos mas hambre que los pavos de Manolo). Terminado el pollo, se cocinaba el resto de nuestra cena de Nochebuena, mi madre hervía envuelta en un trapito blanco para que no se estropeara, la merluza, que luego rellenaba, no se con que, pero que estaba riquísima y cubria con vinagreta, ¡Que bonita quedaba la fuente¡ Luego con el agua de hervir la merluza, al día siguiente nos hacía unas sopitas estupendas para comer. Seguimos.
El primer plato, eran alcachofas con jasmón, que ahora es corriente, pero entonces, mi madre con antelaqción y bajo cuerda conseguía de nuestro "ultramarinero" un bote para la celebración, Luego venían los turrones. Aquí haré punto y aparte pues merece la pena, ya que consistia en una verdadera juerga. Mi madre nos tenía preparados unos cucuruchos de papel vacioque nos entregaba a cada uno, y comenzaba a contarnos las peladillas, nosotros arremolinados junto a ella intentábamos pillar alguna de estraperlo, pero las manos de mi madre eran mas lijeras que las nuestras. Luego los piñones, esa era otra, como contarlos era tarea de chinos, ella tenía una copita que llenaba y nos iba repartiendo una a cada paquete. Así contado casi no le veo la gracia, pero armábamos tal follón que la diversión era total. Mi padre, se guardaba en el bolsillo de la chaqueta el cucurucho con su "tesorito", pero yo muy zalamera iba de vez en cuando ha hacerle carantoñas y a darle besitos, mientras mi mano con disimulo entraba en su bolsillo y le "filfaba" alguna golosina, bueno a mi me parecía que lo engañaba, pero la verdad es que el se hacía el tonto y me dejaba a mi disfrutar de mi triunfo. Aquella noche nos daban una copita de sol y sombra (mitad anís, mitad coñac) ¡Estaba mas buena¡. Luego a la Misa del Gallo. Pero mañana os contaré mas cosas, pues he empezado por la cena, pero antes pedíamos el aguinaldo y eso era también muy divertido, así que hasta mañana si Dios quiere.



viernes, 12 de diciembre de 2014

AQUELLAS ENTRAÑABLES NAVIDADES DE MI INFANCIA

Me voy haciendo mayor ¿que duda cabe? Aquellas Navidades que esperábamos ansiosos e ilusionados, ahora no me parecen tan bellas ¿Serán así de hermosas las de los niños de ahora? Posiblemente, no. Ahora gracias a Dios tenemos abundancia de todo, entonces, carecíamos de casi todo y éramos felices pensnado en que se avecinaban las entrañables Navidades. En mi casa, mi padre que era un enamorado de estos días, era motivo cada noche tras la cena, de grandes risas. Os cuento. Comenzaba después de la Inmaculada a hacer listas de cenas navideñas, Sacaba muy serio su papelito y decía; Mira Mada (mi madre se llamaba Magdalena y el cariñosamente la llamaba Mada, eso si cuando quería ponerla de mal humor, cosa que le divertía mucho, la llamaba Serapia) Con su papelito en ristre, cada día confeccionaba un menú distinto. La risa venía por que al final, cada nochebuena cenábamos mas o menos lo mismo. Los días antes de Navidad, había en la plaza como una especie de mercado de pavos y pollos en la Plaza, en el rinconcito ese que hace frente al Ayuntamiento donde en tiempos fué la casa de la Carnicería. A los niños, nos encantaba meter un dedo en la boca y hacer un sonido parecido al canturreo de los pavos. La "pavería" se alborotaba, todos se ponían a entonar su canto (muy poco agradable) en coro,  y los paveros nos amenazaban con darnos con una vara, pero si, si, ¡no éramos listos para escapar¡ Allí se compraban los gallos y los pavos de la cena de Nochebuena. Nuestra casa era bastante grande y teníamos una habitación para jugar mis dos hermanos y yo, que no se por que llamábamos "el cuarto la churra". Si se compraban la semana anterior a las Pascuas eran mas baratos los pollos, así que mi padre lo compraba y nos lo metía en el cuarto la churra, donde de vez en cuando le dábamos la lata al pollo para divertirnos. Un año tuvimos uno, que parecía "Juan reniega" y apenas abríamos la puerta se nos tiraba a darnos picotazos, aunque le enseñáramos para que nos dejara entrar pacíficamente el plato con su comida o el cacharrito con agua. Ya, tomó mi madre la determinación de ser ella la que entrara con las viandas, y el muy pillo, con ella no se metía. El día 23 de Diciembre, había que matar el pollo para que pasara una noche al sereno (no se el motivo) Ahí venían los problemas ¿Quien lo mataba? Al final era mi padre. Luego había que meterlo en un baño con agua  hirviendo para desplumarle, pero un año lo metimos y se conoce que aún tenía vida el bicho... pegó un salto y terminó en medio de la cocina aleteando y poniendo todo perdido de sangre y de agua, El suelo era de baldosas, así que al dia siguiente nuestra querida Victoria, la chica que nos hacía la limpieza, tenía que matarse a restregar el suelo  con el cepillo de raices. El desplumado, era otra fiesta, todos muy modositos queríamos ayudar, pero en cuantos las plumas caían en nuestras manos, iban a parar a la cara del que estaba al lado, el agredido, se defendía del mismo modo, y al final andaba mi madre a cachetes con nosotros tres y echándonos de la cocina ¡con lo divertido que lo pasábamos¡ Y como siempre, me quedé sin papel, mañana sigo contandoos si queréis como eran nuestras Navidades de pequeños