sábado, 30 de noviembre de 2013

ESOS DIAS IMBORRABLES (II)

Pues la dicha de ser madre, es enorme, pero te prepara para cuando pasado algún tiempo te conviertes en abuela. Eso a mi me parecía lo mas hermoso que me podía pasar. No se por que motivo, tengo predilección por los niños, mis hijos los cuatro son varones (que bien se lo pedía yo a Dios) no es que tenga nada contra las niñas, que son preciosas (tengo tres nietas maravillosas)  pero tuve malos partos, malos embarazos, los pechos malos, ¡vamos que de nada me privé¡ y entonces pedí a Dios que mis hijos no muriese ninguno de parto, y me lo concedió. El primer nieto fué niño, y la ilusión me desbordó. Era un niño precioso morenete, con pelito negro y unos grandes ojazos como su padre, de forma que le pusieron Alejandro, como mi marido y mi hijo. Cuando era pequeñito jugábamos a las escuelas, y yo le enseñaba con palotes y por contraseñas que nosotros nos habíamos inventado a poner su nombre, luego en su inocencia me preguntaba :¿Como pongo el nombre del abuelo y de papá?, yo le decía que era el mismo, pero el quería que se supiera cual era el suyo, así que los numeramos como a los reyes. El abuelo era Alejandro I (decía un palito), papá Alejandro II (dos palitos) y el nene Alejandro (III), tres palitos. La guasa de los tres tios fué de órdaqgo la grande y comenzaron a llamarle Alejandro tres palitos, cosa que le enfadab a bastante. Pues ahora me acaba de hacer bisabuela de Alejandro (no se si ponerle cuatro palitos)  o ponerlo correctamente (IV). Bueno, eso es lo mismo. Lo que os quería contar es que el ser bisabuela, me ha hecho tocar el Cielo con los dedos. Me he sentido tan dichosa, que ahora mismo no me cambiaría por nadie. Como el niño tenía muchas ganas de pasar frío, se adelantó unos dias y es pequeñito. Pero esa cosita tan menuda y chiquinina, ha llenado todos mis anhelos. Dicen que las bisabuelas somos una especie a extinguir. Pues que lo sea, yo con mis 84 años, lo he logrado, y le doy a Dios las gracias con todo mi corazón.
Pues ya veis la que he liado para deciros que soy  BISABUELA. Gracias por vuestra paciencia.


viernes, 29 de noviembre de 2013

ESOS DIAS IMBORRABLES

Todos en nuestra vida, tenemos dias imborrables, unos buenos, otros malos, pero que se nos quedan grabados para siempre en nuestra memoria. Puede ser el dia de tu Primera Comunión. Ahora las comuniones son como una fiesta social, que se preparan unos banquetes que nada tienen que ver con la hermosa celebración. Yo la hice en 1938, en plena guerra civil. Por estar la Virgen del Puerto en la Catedral durante la contienda, la hicimos todos los niños en la Catedral, una Misa solemne que presidió el señor Obispo, don Feliciano Rocha Pizarro, ya bastante anciano. Eramos un montón, las niñas casi todas de monjitas blancas, y los chicos como buenamente pudieron engalnarlos con lo que encontraron sus familias, pues no había mucho para elegir sobre tejidos. Ese día le recuerdo, hermoso, nos hizo mi madre chocolate para merendar con unos bollos que ella misma había hecho. Ahora, parece una tontería, entonces, fue un lujo. Luego, el primer novio, que no sabía como decirte que le gustabas o que estaba enamorado y que tartamudeaba, el pobre, y que aunque tu sabías lo que te quería decir, te hacías la tonta, entre divertida y emocionada, y cuando el pobre chico había desembuchado, tu le largabas para hacerte la importante un :Lo pensaré, que le dejaba patidifuso al no adivinar la contestación. El primer beso, que siempre era robado (o eso creían ellos) pero que nosotros esperábamos con emoción y nos quitaba el sueño para toda la noche, aquella sensación que habíamos sentido. La boda, gran acontecimiento lleno de dicha, aunque la mía tuvo un poco de amargura, mi padre se encontraba muy enfermo, tanto que al mes de casarme falleció. Pero tan guapa, tan blanca, un precioso vestido que me mandó un amigo que era diseñador en París, y que llamó la atención. Era de nylón con unos bodoquitos bancos, que entonces el tejido era casi desconocido. El nacimiento de mi primer hijo. Tener aquel rebujoncito de carne fresca entre mis brazos, tan menudo, tan lindo. Eso me desbordaba todas las emociones. Ya me he pasado, no era esto lo que os quería comentar, pero como siempre me he enrrollado, mañana sigo.

martes, 26 de noviembre de 2013

La Aurora Boreal sobre Plasencia

Mi amiga Marian ha puesto en su blog Del Jerte y Alrededores un vídeo donde aparezco hablando sobre el día que vimos la Aurora Boreal en Plasencia, claro que en ese momento no sabíamos lo que era.

Pueden verlo pinchando aquí   http://deljerteyalrededores.blogspot.com.es/2013/08/la-aurora-boreal-sobre-plasencia.html


¡Y también pueden verme en YouTube!



domingo, 24 de noviembre de 2013

LA Ñ

¿Recordáis que hace tiempo quisieron quitar de los ordenadores la Ñ? Como a mí me parecía muy necesaria, se me ocurrió escribir este poema. Lo tengo en castuo, que es el extremeño puro, pero como a lo mejor no lo entendeis bien, os lo pondre´en castellano.
   Ñ
¡Ay que coño con la ñ
que puñetas pasará,
que los mercao europeo
ahora nos quieren cambiar¡
¿Como voy a decir España?
¿Cómo lo diremos ¡ah?
y yo que soy extremeña,
¿ como voy a pronunciar?
La nina peina su mono,
a mi me suena muy mal.
La niña peina su moño,
así, suena colosal.
Si es una letra elegante,
parece llevar sombrero,
es la mas señoritina
que tiene nuestro alfabeto.
Y cuando se pone grande,
y se pone la primera,
me parece quinceañera
con peina y mantilla nueva.
Y ese taquino tan nuestro
¡coño¡ ¿cómo se dirá?
Y si esos Europeos
(que no saben ni parlar
que chamullan to tan raro
que no hay Dios que entienda na,
no la pronuncian ¡allá ellos¡)
la Ñ no se mete en na,
pues que la dejen tranquila
y aprendan cristiano a hablar.
Pa una letrita que es nuestra
y muy nuestra y nada mas,
van y ahiora quieren quitarla
¡pues no lo van a lograr¡


Segundo premio fiestas de primavera
 de la Asociación Pedro de Trejo 1997
 Pierde algo de gracia al compararla con el castuo, pero no queda mal

miércoles, 20 de noviembre de 2013

TARDE DE TOROS DESDE LA BARRERA

Mi padre que era mas cumplido que las mangas de un chaleco, me comprometió un dia de feria a acamompañar a las sobrinas de un amigo que habían venido de fuera y no conocían a nadie. Y como mi padre parecía el paño de lágrimas de todo el mundo, yo le llamaba el (Plasencia te saluda), pues a todo el mundo daba cobijo. A mi no me sentó nada bien, pues tenía que optar por las forasteras o por mis amigas, ir todas juntas era mucho... Pues no tuve opción. Mi padre para contentarme un poco, nos invitó a la novillada de la tarde, y se echó pa lante y nos compró barreras de sombra. Allí, presumí de los lindo (presuminos). Salieron los novilleros haciendo el paseillo, con ese contoneo chulesco con que caminaban por el ruedo, braceando y con el contoneo de chulería que ahora les falta a los diestros, que hacen el paseillo como "aburrios" unos van mas adelantados que otros en fín... han perdido aquella gracia que los hacia especiales, como duenos del redondel. Bueno, a lo que íbamos, tras el paseillo uno de los diestros me tiró el capote diciendo: Para usted guapa. Tengo que presumir de que el capote iba destinado a mi´ya que mis dos acompañantes, una pasaba de los 30 y se le había pasado el arroz, y la otra tendría como 15, de forma que no había comprado la paellera, así que yo con 20 años (que yo tuve 20 años, y bien bonitos) tenía el arroz a punto. extendimos el capote, que era de raso blanco bordado con flores en colores, y a presumir. Comenzó el festejo, como eran novillos, no eran muy grandes, pero uno de los novilleros, se ve que le cogió miedo al torete, y no se quedaba quieto ni un momento, parecía mas bien una bailarina de ballet. Desde los tendidos le decían,:Arrimate que es una cabra. Pero, si, si, se le ocurrió saltar la talanquera y se nos vino encima , ¡y cabra ¿no?¡ Yo le ví tan grande en mis narices que aquello no era un novillo, era una ganadería empalmá. Nos llenó de babas sobre todo el capotillo que quedó de pena. Y a los toros he ido después multitud de veces pero a barrera... ni de coña. Tengo la foto, pero como no se ponerla, no puedo demostraros lo que cuento, pero sucedió tal cual

sábado, 16 de noviembre de 2013

EL LECHERO

Otro de los oficios desaparecidos, es el de lechero. Cuando yo era pequeña, (bueno aquí en Plasencia, no tanto, había lecherías) pero en Béjar eran corrientes. Yo me crié a caballo entre mi casa y la de mis abuelos en Béjar, ya que sobre todo mi abuelo, tenía verdadera devoción por mi. No fuí la primera nieta ni mucho menos, hacía el número 33 de los 37 que conocieron vivos mis abuelos, pues unos cuantos mas murieron al nacer o poco después. Esto no venía a cuento no se por que lo he puesto, será por empezar mi relato "lecheril". Iban los lecheros con unos cántaros de lata, que  parecían de plata de relimpios que los llevaban y dos medidas, una de cuartillo y otra de medio cuartillo. Eran unos jarrillos de lata con un asa, las medidas creo que corresponden a un litro y medio litro. Las mujeres salían con su cacharro a la puerta y el lechero les suministraba la cantidad solicitada. Al lado de la casa de mi abuela, estaba la carpintería del señor José y uno de los carpinteros que allí trabajaba, era muy guasón, a mi cada vez que me veía entrar en la carpintería a por birutas para encender mi abuela la lumbre, me decía, con gran enfado por mi parte: Ya viene la plasenciana a por los corujos. Yo le decía, soy placentina y en Plasencia a las birutas tambien se les llama corujos. Pues este guasón un día que pasaba el lechero pregonando : El lechero, lecheee, remedándole, pregonó desde dentro de la carpintería: La mitad aguaaa. El hombre muy enojado le dijo: La mitad leche. Pues lo que yo te decía. Aquí el lechero le dijo unos "piropos" que no voy a repetir.

jueves, 14 de noviembre de 2013

EL BARQUILLERO

 
Cantando el pregón del barquillero junto a uno de ellos, en Ponferrada
Otro de los oficios que tienden a desaparecer,( si no ha desaparecido ya) es el de barquillero ambulante. Aquí yo al último que conocí, al señor Pedro, (hace montón de años que falleció) se enfadaba con los chicos cuando le daban a la rueda y sacaban muchos barquillos, ahora los únicos que veo son los barquilleros de San Isidro de Madrid, con su chalequillo y su gorrilla a cuadros, que me hace ilusión verlos, con su cubeta en forma de tubo roja, donde van depositados los barquillos, con su correa colgada  al hombro. Este artefacto, se remata arriba con una tapadera niquelada o dorada, que culmina en una especie de ruleta, numerada del uno al nueve, luego tenía una especie de balconcillo y en el pitoche del medio un como triangulillo que al girar se enredaba en uno de los barrotitos y en el número que paraba salía la cantidd que la suerte te había deparado, normalmente por el precio estipulado tenías derecho a hacer girar la rueda tres veces y las cantidades se iban acumulando, de forma que podían ser tres los barquillos o un montón. Estos baquillos eran como una cuarta parte de una oblea, no circulares como los que se compraban así directamente, enrrolladitos y crujientes. Hace poco tiempo, estuve en Ponferrada, en la plaza del Ayuntamiento a pie de calle, hay un monumento al barquillero. Tiene a su lado la cubeta de la mercancía, su gorrilla de bisera , gafas y muy sonriente. Como íbamos mis hijos y nietos, les recordé cuando por la calle iban pregonando EL BARQUILLERO. Pero venía de vez en cuando uno, no se de donde sería, muy simpático que pregonaba con una cantinela: BARQUILLOS COMO CASTILLOS, SON DE AZÚCAR, MENTA Y LIMÓN, HAN LLAMADO LA ATENCION EN CUANTOS SITIOS SE HAN PRESENTADO, EL BARQUILLERO, Pues yo ni corta  me puse a remedarle a voz en grito y mi gente se reía y los que pasaban quedabanse mirando, pues me hicieron una foto en pleno pregón que a mi me gusta mucho mirarla, como no se como se ponen... si no la hubiera agregado.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

PIROPOS DE MI EPOCA (II)

Pues sigo recordando los piropos que nos echaban a las mocitas y que tenían cierta gracia, Los mozos eran muy dados a piropear, pasar cerca de un andamio, era un peligro, desde lo alto te llegaban las "flores" de todos los colores. Pero los mas chungos casi siempre eran de los soldaditos que nos seguian como perrillos falderos, (como no los hacíamos caso) venían tras nosotras con su retahila.
Tu madre es pastelera, un bombón así no lo fabrica cualquiera.
Dios hizo el mundo y descansó, desde que tu naciste, no descansa ni Dios.
Monumento, tu padre debe ser escultor.
Cuando Dios te echó al mundo ¡que faena me hizo¡
Eran otros tiempos, la gente iba cantando por la calle la última copla oida en la radio, sin ningún pudor, y los hombres silbaban las canciones de moda. Recuerdo tras poner la película EL PUENTE SOBRE EL RIO KUAY (creo que se escribe así) al día siguiente parecía la musica de ambiente, no se por que ahora falta la alegría, cuando antes la teníamos a pesar de faltarnos mil y una cosa. En casa cantábamos a voz en grito mientras hacíamos las faenas caseras y en las casas que había padrio, era todo un concierto de voces mas o menos afinadas, al fin éramos felices sin nada

domingo, 10 de noviembre de 2013

EL SILLERO

A lo mejor a nadie le interesa, pero hoy quiero rendir homenaje a un oficio desaparecido, el de sillero, a ver si consigo haceros entender a los que no lo conocistéis o tenías idea de su existencia. Cuando yo era pequeña, bueno y ya mocita, (creo que he dicho que mi madre era modista y tenía muchas chicas en el taller) pues entonces se cosía en una sillas bajitas, que tenían el asiento de bayón, (no se si se escribe con ll) es igual nos suena lo mismo. La sillas tenían en el respaldo  unos barrotitos de madera torneados y las cuatro patas maestras de la silla y los reposapies, tambien. Pues el asiento se iba poco a poco rompiendo, y aquí llega nuestro "artista", se ponía la mano haciendo de altavoz junto a la boca y gritaba por las esquinas .EL SILLERO, las sillas rotas se le bajaban, se le ajustaba el precio del arreglo, y el hombre ataba la silla a una cuerda y se la echaba a la espalda, pero a esa primera, solían seguirle alguna mas, el ataba pacientemente una a otra, de forma que cuando llevaba tres o cuatro se las pasaba  por detrás de la espalda hacia el pecho, de forma que algunas veces era difícil averiguar donde se encontraba el sillero con aquel galimatías de sillas. Yo nunca le vi tomar nota de a quien pertenecía cada silla (a lo mejor el hombre era analfabeto) pero lo que si puedo atestiguar que tras la reparación cada silla volvía a su dueña. El asiento, era toda una obra de arte. Quitaba la parte dañada y quedaba solo el bastidfor de madera de la silla y comenzaba de fuera adentro a rehacer el asiento, antes había formado, no se si paja o juncos , como unos tirabuzoncitos que cruzaba con maestría de tal forma que el asiento de la silla, estaba compuesto como de cuatro triángulos, perfectos, creo que remataba en el medio, pero tan pulcramente que no se veía, Era toda una obra de arte, El Nacimiento de la Catedral, me lo recordó. Allí había un sillero (mas bien se adivinaba) con las sillas como yo le recordaba. No se que pintaba allí, pues en tiempos del Niños Jesús, yo creo que los asientos eran de madera, que estos de bayón no existían, pero me dió pie para rendir un homenaje a estos artesanos desaparecidos. Otro día os recordaré algún otro. Esta es la ventaja de haber nacido tan pronto, que te da tiempo a conocer muchas cosas, saludos

jueves, 7 de noviembre de 2013

LOS PIROPOS DE MI EPOCA

A lo mejor es una tontería, pero quiero que mis hijos y nietos, se rían un poco de mi tiempo y de lo que ahora se consideran cursiladas. En Plasencia, teníamos en el Cuartel de la Constancia, una gran guarnición de militares. Por las tardes cuando les daban salida a los soldaditos, tenían que pasar revista al salir del cuartel ante el oficial de guardia, que les revisaba desde las lustrosas botas hasta los dorados botones, el cinto,el traje, en fín, salían del cuartel hechos unos pimpollos, y como eran jóvenes con ganas de acercase a una chica. Nosotros huíamos de su compañía, no se por que, bueno si, eran muy plomos. Al pasar junto a una jóven se deshacían echándola piropos, lo guapa, salero y tal, era muy vulgar, algunos los tenían muy rebuscados, de esos quiero contaros algunos que recuerdo. Un día iba yo con mi madre, y se paró un soldado delante, nosotros paramos creyendo que nos iba a preguntar alguna dirección, pero no, se dirigió a nosotras diciendo: Señora, ¡vaya usted con Dios y su hija conmigo¡, a mi madre no le hizo mucha gracia, pero yo me partía de la risa.
Otro: Vale mas tu cuarpo andando que Manolete toreando. Otro: Por ti dejaría la ciencia, sin remordimiento de conciencia. Este debía ser estudiante. Otro, pero este es de los que yo llamaba malolientes o de color marrón. Muñeca, si no cagaras ni mearas, te ponía en la cómoda de mi madre.
Este es el colmo de lo guarro que debía ser el tipo: Tienes los ojos mas negros y mas rajaos que mis calzoncillos a fin de semana. Ahora no recuerdo mas, pero los hay y con bastante chispa. Otro día os cuento, Aunque a lo mejor no os interesa, pero ahí lo quedo

martes, 5 de noviembre de 2013

HE VISTO UN AFILADOR

Parece una tontería el título, pero a mi me hiuzio mucha ilusión verle. Yo pensaba que ya no existían, que era un oficio a desaparecer. Pues ya ven, no. Estaba afilando las tijeras a una conocida mía, y me acerqué al señor y le dije :¡Que alegría ver un afilador callejero¡ Cuando yo era pequeña, y hasta mayorcita (no tanto como ahora), venían con frecuencia, se decía que eran gallegos, que procedían casi todos de Orense. Las chicas que mi madre tenía en el taller (era modista) cuando le sentían tocar el peine, corrian al balcón a mirar, si el afilador traía zapatos, lluvia segura, si tenía alpargatas, hacía buen tiempo. Vamos era como el hombre del tiempo de ahora, pero normalmente se equivocaba, traía zapatillas por que el negocio no daba para zapatos. Se le daba una voz, se paraba, las mujeres bajaban sus cuchillos o tijeras, ajustaban el precio y los chiquillos le rodeábamos para ver salir las chispas de la piedra de amolar, pero lo curioso, a ver si soy capaz de deciros como era su "carretón". (No se el nombre verdadero, pero este me vale) Era parecido, bueno, hay que ponerle bastante imaginación. Tenía una gran rueda delante grande que era el "motor" que hacía andar , y con unos mangos el afilador empujaba, su artefacto. Tocaba una especie de "armónica" que se llama peine. Bueno es como una pequeña zampoña, son unos tubitos metálicos de mayor a menor que se pone debajo del labio inferior y se sopla y se mueve de un lado para otro y tiene un peculiar sonido, bastante estridente, de forma que se le oía venir desde alguna distancia. Cuando se paraba a trabajar el afilador, ponía los mangos del "carretón" en el suelo, a la rueda grande la unía a la pequeña con una correa, y a un  lado tenía un gran pedal que movía la maquina. Ya ven que recuerdos puede traer un afilador ambulante, parece una tontería pero a mi me hizo mucha ilusión, por eso os lo cuento