sábado, 26 de julio de 2014

FIESTA DE SANTA ANA EN CANDELARIO

Me había prometido dejaros en paz unos días, pero como coincide que hoy es Santa Ana, y es la fiesta de Candelario (imagino que seguirá siendo, pues hace muchos años que no voy por allí) os voy a contar una de las aventuras de mi vida, pasado el tiempo cuando se lo he contado a mis hijos y nietos, nos hemos reido de lo lindo, pero aquel día lo pasamos muy mal. Os cuento. Decidimos las amigas desde Béjar donde yo pasaba los veranos en casa de mi tia Rufina, el ir a la fiesta de Candelario. Pensar que entonces tendría yo unos dieciochos años mas o menos, y las cosas eran bien distintas, de coches, nada de nada, en el de San Fernando, un ratito a pie y otro andando. Quedamos en salir de casa a las dos y media, y aquí nos tenéis a Paquita, Paula, Maxi, mi prima Mary yo yo, tan "monas" con nuestras ropas domingueras y nuestros tacones altos, enfilando la cuesta de la carretera de Béjar a Candelario (entre siete u ocho kilómetros) con un sol de justicia cayendo verticalmente por lo que casi nio había una sombra para refrescarnos. Haceros una idea, vestidos con vuelo, con un cancan bien almidonado, quedaban los vestiditos tan salerosos, yo siempre decía que con nuestras piernas y nuestras faldas parecíamos la campana y el badajo. Pasamos fatiguitas y calores, pero dicen que sarna con gusto no pica. Llegamos a Candelario, vamos a sacar las entradas de los toros y mi prima, como casi siempre, iba sin dinero. Decidimos hacer recuento de nuestros capitales que tambien eran bastante menguados a ver si entre todas la podíamos pagar la entrada. Tuvimos la "suerte" de encontrarnos con Pepe, el novio de mi prima Juanita y mi rpimo Luis. Nos preguntaron que hacíamos y se lo dijimos. Pepe, era mas simple que un huevo sin sal. Nos dijo que no hacía falta sacar entradas que el conocía mucho al portero y nos dejaría pasar, solo teníamos que decirle: ¡Ahí viene Pepe¡. La "plaza" de toros, no era tal, era un cercado hecho con tablones con el piso a ras del suelo y otro mas alto que valía mas caro (claro está) con una fila de asientos y el resto con tablones bastante separados. Pues en el bajo, acostumbraban a ponerse los mozos a ver las piernas a las chicas que subían arriba. Entonces eramos muy recatadas, no como ahora que van tan escasas de ropa que dejan muy poco a la imaginación, casi todo está a la vista. A lo que íbamos, nosotras muy ufanas, comenzamos a entrar diciendo al portero la contraseña de ¡Ahí viene Pepe¡ El hombre nos iba contando, una, dos, ... bueno seis y luego un chico, el hombre preguntó ¿quien trae las entradas? ¿quien es Pepe?, y mi "sosela", dice : Pepe soy yo, pero no traigo entradas. El hombre prendió a correr detrás de nosotras para sacarnos de la plaza, nosotras a todo corer por los tablaos,con temor a pisar en falso con nuestros tacones, los mozos, diciendo cuando pasábamos: Esa tiene las bragas blancas, esa azules, pero a mi que siempre me encantó la ropa interior negra, pues aquel día mis braguitas eran negras. El revuelo fué flojo, todos a coro :Esa las lleva negras,así que entre la huida del portero y la persecución braguera de los mozos, mis apuros, eran mayúsculos. Por fin encontramos un hueco por donde huir de la persecución y con peligro de nuestra anatomía nos descolgamos, fuimos a parar a una era, y como había multitud de pajitas sueltas, pues fué otra tortura mas para nuestros descalentados pies, se nos metian las pajitas y la tierra por entre las tiras de los zapatos... Debíamos tener un aspento bastante lamentable, ¡con lo monas que habíamos salido de casa... Pudimos orientarnos y llegar al Parque, allí nos descalzamos, sacudimos la tierra y las pajas, nos refrescamos en la fuente, y nos bajamos para Béjar, como el gallo de Morón, cacareando y sin plumas, sin ver ni toros, ni fiesta, ni baile ni na. Cuando se lo contamos a mi ta, se moría de risa . Llegó mi primo para colmo de nuestros males, riéndose de nosotras y terminando la historia. Como el portero para correr tras nosotras dejó la puerta libre, entró todo el mundo, de "gorra" hasta que se dio cuenta, dejó nuestra persecución y volvió  a su puesto, La plaza por tal motivo registró un lleno total sin haber puesto en taquilla el cartel de NO HAY BILLETES. Esto que os cuento es tan verdad como que hoy es Santa Ana y son mas o menos las once y media de la mañana. Perdón por lo que me he esxendido, pero quería acabar mi aventura, no hacer dos entregas. Gracias

viernes, 25 de julio de 2014

AHORA NO ES MAGDALENA....

Pero también estuvieron estos personajes (aunque de manera distinta) relacionados con el Niño Jesús. Siempre con mis recuerdos del libro de mi abuela Juana. Cuando la Sagrada Familia tuvo que huir a Egipto, el camino fué lleno de peligros y largo, muy largo, para una mujer con un niñito pequeño y su marido sin mas recurso que un borrico y mucho amor. Pues en el camino, encontraron los soldados que Herodes había mandado en su busca para matar al Niño. De este peligro, les salvó el Cielo, al cobijarse bajo una palmera y esta, abajarse hasta cubrirlos y que los soldados pasaran sin verlos. Otro peligro, eran los numerosos ladrones y con estos tambien topó la Sagrada Familia. Eran tres mozalvetes, dos de ellos muy jovencittos que acataban las órdenes de el mayor, bastante violento. Zarandearon al pobre San José y le quitaron cuanto llevaba para el camino y el poco dinero de sus bolsillos. La consternacion de San José, no tene parangón. Los tres ladronzuelos eran, el cabecilla Barrabás, y los subordinados Dimas y Gestas ¿A que ya os van sonando? Se retitraron y repartieron el escaso botín, siempre haciendo cuatro partes, dos para Barrabás y una para cada uno de los compinches. A Dimas, le dió pena de ver lo desvalidos que habían quedado a aquella familia, y cuando dormían sus compañeros, por la noche, sin hacer ruido ninguno, escapó de su escondrijo, deshizo el camino y metió con sigilo la parte que le había correspondido en las alforjas de San José. Pasaron muchos años hasta que volvieron a encontrarse con Jesús, ellos cometiendo fechorías, que era lo que sabían hacer, hasta que la justicia pudo encarcelarlos. Y Aquí mas o menos en la Pasión del Señor, Pilatos equiparó para librarse de las iras de los judios a Jesús y a Barrabás, para salvar a uno y condenar al otro. El pueblo judio eligió mal y Jesús fué el mayor inocente de la historia condenado a torturas y muerte. De Barrabás, no he vuelto a encontrar noticias, de Dimas y Gestas, si. Fueron crucificados uno a la derecha y otro a la izquierda del Nazareno. Gestas, deseperado le increpaba : SI eres Dios, baja de la cruz, sálvate y sálvanos. Dimas en cambio, regañaba a su comañero diciendo: Nostros tenemos nuestro merecido, este es en cambio inocente. Luego dirigiéndose al Señor le dijo: Acuérdate de mi cuando estés em tu reino, y el Señor le aseguró que entraría con el en el paraiso. Ahora ¿os gustaría saber el paradero de tan bellísimo libro? A MI TAMBIEN. Os cuento muy por encima. La hermana mayor de mi madre que vivía con nosotros, se había adueñado del libro, y lo tenían en el único cajón de la cómoda que tenía llave, encerradito, y poco menos que había que hacer una instancia con póliza de una cincuenta para que te lo dejara, luego vuelta a ser encerradito. Cuando yo tenía mis hijos mayorcitos, le pedí el libro para leersele a los niños. Mi sorpresa.... Me dijo que no lo tenía, que se lo había dejado a los Padres de Santo Domingo para que preparasen un sermón de Navidad. Como entonces los padres, de cualquier congregación eran cambiados de casa cada dos por tres, pues se ve que el libro cambió con el padre que fuera de domicilio, y hasta verte buen Jesús (como se dice en mi tierra cuando algo desaparece) Hay mas figuras relacionadas con el Nacimiento y Muerte de Jesús, pero estas me parecen las mas relevantes, así que hago punto, no se si final, gracias por vuestra atención, 

jueves, 24 de julio de 2014

MAGDALENA AMIGA DE JESUS

A Jesús, no solo le seguían los discípulos, también varias mujeres, algunas esposas de sus apóstoles, otras que se dedicaban a servirlos en las cocinas, los lavados de ropas, y otros menesteres. Hay que pensar que los desplazamientos se hacían a pie y era necesario hacer descansos por el camino. Magdalena, se unió en varios viajes a Jesús y los suyos, solo por poder seguir de cerca su doctrina y estar en su presencia.
Sabemos que Jesús estuvo hospedado varias veces en casa de los hermanos, Marta, Maria y Lázaro. Marta alguna vez se quejó de que Magdalena no la ayudaba y el Señor la respondió que había elegido la mejor opción. Que las hermanas cuando vieron que la enfermedad de su hermano era grave, mandaron recado al Maestro, pensando que su presencia le curaría. Que el Señor no acudió a la llamada hasta pasados varios dias y como le resucitó despues de enterrado, no sin antes derramar lágrimas de dolor por su buen amigo. En esto nos demostró una vez mas que era tan hnumano como nosotros. a pesar de su Divinidad. Luego Magdalena, se unió a la Virgen en la Pasión y muerte del Señor, y que junto a Juan, fueron los dos enamorados de AMOR, junto con el mayor de los  amores que es el de madre, y los tres estuvieron con los corazones rotos viviendo en sus carnes el macabro espectáculo, y juntos los tres recibieron la herencia de dejar a María por madre de Juan, y en el a todos nosotros.¿Veis? Magdalena le vio nacer y morir-
Otra de las mujeres claves en la pasión fué la Verónica, pues siendo niña, estaba cuidando el ganado la noche que Jesús nació y le llevó un corderito y una cántara de leche. Verónica, en realidad se llamaba Serapia, pero era tan hermosa que los pastores compañeros la apodaron con los nombres de Flor de Loto y Verónica, (que no estoy muy segura del significado, pero es algo así como luz bella o bella claridad) Fué una niña feliz y lo mismo de jovencita: Casó muy joven como era costumbre, con un marido bebedor y que no le dió muy buena vida, pero si le dió un hermoso hijo que la compensaba de todas sus desdichas. El marido murió pronto y quedó viuda muy joven con su hijo, en el que tenía todas sus ilusiones. Vivián en Nain. Pero en plena juventud la muerte le arrebató su tesoro. Su desconsuelo, inmneso. Pero el Señor que todo lo tiene medido, para agradecerle el presente que siendo niña hizo en Belén al Niño Jesús, acertó a pasar por el cortejo fúnebre. Le dió dolor ver la amargura de la madre, y recordando el presente que le hizo de niña, resucitó a su hijo. Ella quedó tan agradecida, que en la calle de la Amargura, cuando Jesús cayó por tercera vez bajo el peso de la cruz y los sufrimientos de su pasión, fué capaz de hacer una heroicidad. Ahora a lo mejor no tenía tanto mérito, pero en tiempos de Jesús, las mujeres no eran nada o casi nadda. No podían hablar con un hombre, ni mirarle a la cara si no había algun familiar delante. Pues con estos antecedentes, valoremos lo que Verónica hizo. rompió el cerco de seguridad que "cortejaba" al Reo, se quitó el velo que la cubría el pelo, (que era un desacato), lo dobló y enjugó aquella cara doliente y sudorosa. Le valió aquel gesto, un maltrato de los soldados y la empujaron hasta sacarla fuera , Allí al ir a secar su llanto con el paño que llevaba entre las manos y que haciia un instante había limpiado a Jesus, vió que había quedado la imagen amada impresa en el lienzo. ¿Veis? Nacimiento y muerte del Señor unidos, mañana os contaré (según el libro de mi abuela) como llegaron a la vida de Jesús, Barrabás, Dimas y Gestas

miércoles, 23 de julio de 2014

MAGDALENA AMIGA DE JESUS

Mi abuela Juana poseía un libro muy antiguo, estaba editado si mal no recuerdo a mediados del siglo XIX. Era un "tocho" como yo decía, bastante gordo. Tenía las pastas de grueso cartón vede y el lomo de tela rojo, y cosa extraña, o a mi eso me lo parecía, tenía bellas láminas de colores, buena letra, y como a mi la siesta no me gustaba, para que no hiciera ruido y molestase a los demás, mi abuela me dejaba el libro, que yo ponía en el sofá (un sofá de aquellos antiguos de madera negra y asientos de bayón) . Estoy hablando de los veranos que pasaba en Béjar con mis abuelos y tia Luisa, la hermana mayor de mi madre que estaba soltera.Me ponía boca abajo y leía y leía, y creo que era el único momento en que paraba, pues siempre fuí muy inquieta (ahora ya no tanto, los años me han ido pudiendo). Se titulaba HISTORIA DE LA VIRGEN MARIA, comenzaba desde que la Virgen Niña fué a presentarse en el Templo con San Joaquín, Santa Ana, sus padres y un par de pichones. Pero no es de la Virgen de quien quería hablar, y ya me estoy liando, si no de mi Santa. El libro hacía un relato de como todos los personajes que fueron al Portal de Belén a adorar al Niño Jesús, tuvieron luego algún papel en su vida, pasión y muerte. Maria la de Magdalo (que de ahí le viene el de Magdalena) era una medio joven medio adolescente cuando Jesús nació. Algo liberal y loquilla. Disgustó mucho a su familia su manera de ser y pensar. Poseía una extraordinaria belleza, unos enormes ojos negros, nariz perfecta y una boca de labios rojos y carnosos. El pelo, negro y abundante, algo rizado, le caía como una cascada por la espalda hasta la cintura. Casi siempre lo llevaba sin recoger en moño o con turbante como se estilaba. Pues cuando el Niñito nació, por casualidad pasó por Belén, le llamó la atención  el revuelo que había sobre el nacimiento de un niño y los acontecimientos ocurridos. Bajó del palanquín donde la llevaban sus servidores y se acercó a la Señora que tenía el Niño en los brazos. El Niño, decía luego ella, la miró y la enamoró con aquella inocente mirada. Se quitó un brazalete de oro muy hermoso que llevaba puesto y se lo entregó a la madre para que comprara cositas al niño. Cada uno siguió su camino en la vida. Jesús y su hermano Lázaro, se conocieron, se hicieron grandes amigos y ambas familias también. Luego ya en los Evangelios, (como los evangelistas son tan parcos en los detalles), no sabemos muy bien, aunque parece que si, que la mujer adúltera que presentaron a Jesús era Magdalena, y como El la salvó de ser lapidada, ella al levantar agradecida la vista, recordó la mirada del niñito de Belén y la de Jesús y acabó enamorándose de aquel ser tan especial. volvió a su casa arrepentida y allí se enteró de la relación de su familia con aquel "profeta". Como siempre se me terminó el "papel" mañana sigo con mis recuerdos y con esta historia y la de algunos personajes mas relacionados con el nacimiento y Pasión de Jesús, como fué la Verónica, Barrabás, Dimas y Gestas, etc.

miércoles, 16 de julio de 2014

HOY UNA ADIVINANZA. ME PONEN LA CAPA PARA BAILAR...

Me quitan la capa para bailar, sin la capa no puedo bailar y con la capa no puedo bailar. La solución es el trompo, la peonza, el repión y no se cuantos nombres mas tiene, Esto viene a cuento por que ayer vi a un niño por la calle del Rey con su padre que iba bailando un trompo. No se si al irme haciendo mayor siento mas añoraqnza de los juegos antiguos, la cosa es que como no me puedoi callar, le dije: ¡Que alegría ver a un niño jugar con el trompo y no con una maquinita¡ Al padre le causó risa y a mi me recordó nuestros juegos en la plazuela. Al trompo solo jugaban los chicos y tenían diversidad de juegos, el mas corriente era, uno que comenzaba tirando el trompo, el que quedaba mas cerca de la señal, o no llegaba a ella, tenía que poner el trompo semi enterrado en la tierra, y los otros chicos cantando una canción que era parte del juego pues antes de terminarla tenía que estar bailando. (Ahora no la recuerdo) tiraban con fuerza sobre el pobre trompo semi enterrado, le daban unos cachuporrazos tremendos, el trompo tenía que salir del impacto bailando, el que paraba era el que se castigaba a ser enterrado. Yo en casa jugaba en el pasillo de la cocina que era de baldosas y tenía de vez en cuando un descorchón entre las losetas, ese era el lugar donde pomníamos el trompo, casi siempre era el mío, pues ellos eran mas duchos en el manejo que yo. Nuca supe tirarle como ellos, de arriba para abajo, yo lo hacía se abajo para arriba, y o no bailaba por quedarse enredado en la cuerda o era la mas lenta. Mi madre se enfadaba con nosotros y nos mandaba a la plazuela, pero yo allí no jugaba por miedo a las burlas de los chicos. Jugábamos también AL CLAVO. Se pintaba en la tierra una pista, con un clavo grande y de punta bien afilada, tirábamos con fuerza, el clavo debía quedar hincado en la tierra, lo recogíamos y volvíamos a tirar, y así íbamos adelantando terreno, cuando había llovido y la tierra estaba húmeda era facil, pero en el verano, clavar el clavo, era un éxito. El mejor clavo era una lima, con una lima podías ser campeon siempre, pero conseguir que tu madre no te la viera sacar de casa, era toda una hazaña. A la comba, con cualquier cuerdita, saltábamos, según las niñas que hubiera, pasando con un salto o dos, si te tocaba la falda o pisabas la cuerda tenías que dar. Saltábamos a duble (que ni se si se escribe así y ni siquera que significa esta palabre) Se cantaba una canción y con el ritmo se apretaba a dar fuerte y tenias que dar un salto alto y rápido para seguir la canción y el juego, Los chicos también jugaban a los platillos (los que tienen los botellines de cerveza) Pintaba una enrevesada carretera llena de curvas, ponían el platillo boca arriba (solían echarle cera para que pesase mas) y con el dedo índice y el pulgar, chasqueándolos iba avanzando, si pisaban la raya o se salían, tenían que volver a empezar. El que llegada a meta, era el ganador. Nosotras también jugábamos a la semana o al avión, se pintaba con tiza o un trozo de ladrillo en el suelo la forma en que debíamos jugar, y con una piedra lisa y a la pata coja, empujábamos  la piedra sin que cayera en raya hasta el final.Si por casualidad encontrabas un trozo de mármo, eso era una joya, pues se deslizaba al ser fino y liso que daba gusto En el verano jugábamos a cositas tranquilas, a los acertijos o a la rueda de los disparates, a esto jugábamos los chicos y las chicas. Hacíamos un corro, y no preguntaba el de la derecha una cosa, nosotros le contestábamos y preguntábamos otra al de la izquierda, Cuando la rueda había terminado, era cuando empezaba la diversión, teníamos que decir la pregunta de la derecha con la contestación de la izquierda, por ejemplo: Esta señorita me ha preguntado para que sirve el pan, y esta me ha contestado que para limpiar zapatos, esta señorita me ha preguntado para que vale un cepillo y esta me ha contestado que para cuando llueve... Eramos felices y no necesitábamos ni juegos carísimos que los niños ni miran, ni maquinitas que los aislan de los amiguitos