domingo, 10 de noviembre de 2013

EL SILLERO

A lo mejor a nadie le interesa, pero hoy quiero rendir homenaje a un oficio desaparecido, el de sillero, a ver si consigo haceros entender a los que no lo conocistéis o tenías idea de su existencia. Cuando yo era pequeña, bueno y ya mocita, (creo que he dicho que mi madre era modista y tenía muchas chicas en el taller) pues entonces se cosía en una sillas bajitas, que tenían el asiento de bayón, (no se si se escribe con ll) es igual nos suena lo mismo. La sillas tenían en el respaldo  unos barrotitos de madera torneados y las cuatro patas maestras de la silla y los reposapies, tambien. Pues el asiento se iba poco a poco rompiendo, y aquí llega nuestro "artista", se ponía la mano haciendo de altavoz junto a la boca y gritaba por las esquinas .EL SILLERO, las sillas rotas se le bajaban, se le ajustaba el precio del arreglo, y el hombre ataba la silla a una cuerda y se la echaba a la espalda, pero a esa primera, solían seguirle alguna mas, el ataba pacientemente una a otra, de forma que cuando llevaba tres o cuatro se las pasaba  por detrás de la espalda hacia el pecho, de forma que algunas veces era difícil averiguar donde se encontraba el sillero con aquel galimatías de sillas. Yo nunca le vi tomar nota de a quien pertenecía cada silla (a lo mejor el hombre era analfabeto) pero lo que si puedo atestiguar que tras la reparación cada silla volvía a su dueña. El asiento, era toda una obra de arte. Quitaba la parte dañada y quedaba solo el bastidfor de madera de la silla y comenzaba de fuera adentro a rehacer el asiento, antes había formado, no se si paja o juncos , como unos tirabuzoncitos que cruzaba con maestría de tal forma que el asiento de la silla, estaba compuesto como de cuatro triángulos, perfectos, creo que remataba en el medio, pero tan pulcramente que no se veía, Era toda una obra de arte, El Nacimiento de la Catedral, me lo recordó. Allí había un sillero (mas bien se adivinaba) con las sillas como yo le recordaba. No se que pintaba allí, pues en tiempos del Niños Jesús, yo creo que los asientos eran de madera, que estos de bayón no existían, pero me dió pie para rendir un homenaje a estos artesanos desaparecidos. Otro día os recordaré algún otro. Esta es la ventaja de haber nacido tan pronto, que te da tiempo a conocer muchas cosas, saludos

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