sábado, 16 de noviembre de 2013

EL LECHERO

Otro de los oficios desaparecidos, es el de lechero. Cuando yo era pequeña, (bueno aquí en Plasencia, no tanto, había lecherías) pero en Béjar eran corrientes. Yo me crié a caballo entre mi casa y la de mis abuelos en Béjar, ya que sobre todo mi abuelo, tenía verdadera devoción por mi. No fuí la primera nieta ni mucho menos, hacía el número 33 de los 37 que conocieron vivos mis abuelos, pues unos cuantos mas murieron al nacer o poco después. Esto no venía a cuento no se por que lo he puesto, será por empezar mi relato "lecheril". Iban los lecheros con unos cántaros de lata, que  parecían de plata de relimpios que los llevaban y dos medidas, una de cuartillo y otra de medio cuartillo. Eran unos jarrillos de lata con un asa, las medidas creo que corresponden a un litro y medio litro. Las mujeres salían con su cacharro a la puerta y el lechero les suministraba la cantidad solicitada. Al lado de la casa de mi abuela, estaba la carpintería del señor José y uno de los carpinteros que allí trabajaba, era muy guasón, a mi cada vez que me veía entrar en la carpintería a por birutas para encender mi abuela la lumbre, me decía, con gran enfado por mi parte: Ya viene la plasenciana a por los corujos. Yo le decía, soy placentina y en Plasencia a las birutas tambien se les llama corujos. Pues este guasón un día que pasaba el lechero pregonando : El lechero, lecheee, remedándole, pregonó desde dentro de la carpintería: La mitad aguaaa. El hombre muy enojado le dijo: La mitad leche. Pues lo que yo te decía. Aquí el lechero le dijo unos "piropos" que no voy a repetir.

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