martes, 16 de julio de 2013

PEÑASCO. No se el nombre de este personaje. Vivía en la calle nueva según se sube a la derecha la tercera o cuarta puerta. Todo está modificado, entonces había a la entrada un patio o corral enrollado que daba acceso a la casa. Yo creo que vivía solo. Vendía los altramuces en un gran barreño de barro, los domingos en la plaza o en la calle del Rey, tenía al lado un cestito con cucuruchos hecos con papel de periódicos en donde nos vendía la mercancía, y que yo sepa, nadie se intoxicó por este motivo, aunque ahora sería impensable consentirlo. Este hombre, de edad indefinida, gordito y con los ojos mas saltones que los de las ranas. Entonces eramos unas inocentonas, hoy pasado el tiempo he pensado que nos desnudabas a las chicas con la mirada, A mi me daba como miedo mirarle a la cara, eso si, tenía los altramuces mas gordos y brillantes que nadie, y desde luego estaban muy ricos. El los pregonaba. Chochitos salaos. Nos costabaa el cucurucho según el tamaño una perra gorda o un real. (La perra gorda, eran 10 céntimos de peseta y el real 25) dejamos de comprárselos por que alguien nos dijo que los endulzaba con meaos. Pues a este hombre, le gustaba el vino mas que a un gato una sardina, y decía que era poeta y hacía unos versos, como un tio que yo tenía en Alcalá que ni eran versos ni eran na. Entonces había aquí una guarnición numerosa de soldados y era popular entre ellos por que le pagaban al Peñasco algún chato de vino y cantaba, (si aquello era cantar) hasta las veinte en bastos. Pero en su salsa estaba en Semana Santa cantando saetas. Los soldados le "alegraban" y no había Paso en la procesión al que Peñasco no le cantase una saeta. Se puede cantar mal, peor que el, imposible, pero las letras, se las traían, recuerdo algunas. -Ya viene la Madalena/ con el pelito estendio/ mas valiera que la vaga/ se lo habiera arrecogio. mañana os contaré alguna cosa mas de el, hoy no me estiendo mas por no cansaros




No hay comentarios:

Publicar un comentario