viernes, 12 de julio de 2013

ALTAR DE LA VIRGEN DE LA ASUNCION
Como os decía ayer, termino el repaso de los altares de la Catedral. El Altar de la Asunción, llegaba hasta el techo, lo mismo que el de las Reliquias. Ahora está mutilado y os voy a contar el porqué. Cuando la guerra de la Independencia, llegó pidiendo protección en Sagrado un sacerdote francés que no estaba de acuerdo con las tropelías de sus paisasos, y por sus  protestas corría peligro su vida. El Cabildo le concedió el asilo, y decía cada día Misa en el Altar de la Asunción. Como entonces la Misa, se decía en latín, no había ningún problema con los managuillos. Pero un día durante la celebración, el monago vió con estupor que el retablo se movía. Le tiró de las vestiduras al cura y le dijo: -Padre que se cae. El cura ni  le entendió ni le hizo caso, el chico se lo repitió alguna vez mas, y el cura para que le dejara de molestar, le dió un cachete, el monaguillo se fué a llorar a la Sacristía, en el momento que se desprendió la parte central del Altar, causando la muerte del sacerdote y libráandose millagrosamente el chico. Se pensó rehacer la parte caida, pero por falta de presupuesto, se hizo el apaño y quien no lo sepa cree que era así el Altar. Luego de las columnas y el techo de la Catedral, hay mucho que decir y admirar, ya que son unas obras maestras que rematan con un encaje en el techo de unión de nervios, que parece que se mantengan a tal altura milagrosamente, pero yo ahí no me meto ¡Dios me libre¡ ya he sido bastante osada y obediente contando a mi manera lo que tanto amo. Si supiera que no os aburría mucho, os empezaría a contar asnécdotas de personajes que por uno u otro motivo fueron célebres, y no por su sabiduría. Un cariñoso abrazo a todos cuantos me habéis seguido hasta aquí y pacientemente me habéis aguantado 

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