Un otoño mas llega a mi vida,
y uno menos me queda por vivir.
En este día triste, en este día gris
qe golpea la lluvia mis cristales
con monótono son...
Medito en mis adentros y pregunto:
¿Cuántos otoños me quedan por vivir?
Mi vida, se va volando, tras las hojas
del caduco calendario,
y las doradas que caen
de aquel árbol, y tras ellas
el viento de la vida,
la mía, se va llevando.
Rememoro otros otoños mas felices.
La vuelta al cole,
nueva cartera, nuevos libros,
en blanco impoluto los cuadernos
que con tareas debíamos llenar.
Los Santos, los buñuelos de viento
que mi madre fabricaba con primor.
Nosotros rellenábamos de crema
¡cuántos se nos rompían
"sin querer" y comíamos glotones
mis hermanos y yo.¡
Los otoños entonces los veía
preludio de fiestas entrañables.
De Navidad, Nacimientos, Reyes,
aguinaldos, panderetas,
zambombas, castañuelas, villancicos...
Después, fueron faltando los mayores.
Ahora, la mayor soy yo.
Yo hago los buñuelos
que mis hijos y nietos
comen con fruición.
Los otoños de ahora
no me hacen ilusión,
mas bien, me causan pena,
ya me causan dolor.
¿Es la lluvia? ¿el dia gris?
¿es mi vida que corre tras la muerte?
El otoño, me hace reflexionar,
y pasando los dias me pregunto:
¿cuántos días? ¿cuántos años?
¿cuántos otoños me quedan por vivir?
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