viernes, 9 de agosto de 2013

HISTORIA DE LA SALUD (II)

Como ayer os decía esta Virgen además de mucha devoción, tiene mucha historia. No es normal que a una pequeña ermita, se le conceda el privilegio de tener Rosario de la Aurora con Curz alzada, diario. Tiene además libro coral, que eso se tiene únicamente en las abadías importantes y en las Catedrales. Pues bien esta Virgen tiene ese hermoso privilegio, y está mostrado, recien restaurado en una vitrina en la sacristías de los faroles, junto con algunas cositas antiguas, pero tienen en una vitrina o cajita de cristal a su medida, una imagen, preciosa de santa Filomena. Está vestida con galas de gran señora, debe medir unos cincuenta centímetros, tiene como una flecha en la mano. No se la historia de esta Santa, ni la había visto nunca en ninguna iglesia. Ahora la Virgen. Es de piedra policromada y dorada, está en pie con el Niño Jesús en su brazo izquierdo, desnudito y con gran parecido con su madre, el pelo morenito, la Virgen luce una hermosa melena, pero lo que mas llama la atención son sus rasgos orientales, tiene un pie algo adelantado y la luna por escabel, a los lados en unas urnas hay dos "Angeles", no se de que material, blancos muy hermosos, y el Altar es barroco y tiene a los lados de la Virgen unas pinturas con san Francisco y Santo Domingo, y encima un San José con el Niño en sus brazos, Un conjunto digno de admirarse detenidamente. Ahora para terminar, os voy a contar uno de los milagros mas hermosos y conocidos. Una señora bastante pobre, se encargaba de atizar la lamparilla del Santísimo, para lo que compartía su ración de aceite. Pues llegó un día que no pudo comprar aceite ni para hacerse una sopa, y creyéndose culpable de no poder atizar la lámpara del Sagrario, se puso a rezar a la Virgen de rodillas en una de las escaleras. Lloró y rezó pidiendo a la Virgen un remedio para que no se apagase la lucecita, y en estas estaba cuando sintió algo húmedo bajo sus rodillas, abrió los ojos, palpó, (aquello debía ser un sueño) no podía estar manando aceite de la lamparilla. Salió a la calle dando grandes voces para que acudiera mas gente a ver si era cierto el milagro. Y ya lo creo que fué cierto. La gente buscó toallas trapos, sábanas y lo empaparon en aquel aceite milagroso, que era aplicado a los enfermos con curaciones milagrosas, en las escaleras del Altar, aun hoy se consservan las manchas de aquel aceite milagroso

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