Ayer celebramos en la Universidad de Mayores de Plasencia, las fiestas de Navidad. Tomamos las vacaciones Navideñas hasta mediados de Enero, casi un mes, (no hay que agobiar a los abuelitos). Os cuento, todos particimamos en las fiesta, unos grupos, cantan, otros recitan, uno que es un artísta con la ármónica nos tocó varias cosas, la que mas nos gustó fué la LUNA DE MIEL. Tuvimos hasta un concierto de saxofón, una novedad, el grupo de posgrado, vestidas de mozas (de traje reginal) con el acompañamiento de nuestro tamborilero particular, Carlos Clemente, cantaron varios villancicos. El Coro, por supuesto tambien cantó varios villancicos, que hay que darlos como mínimo un diez. Yo leí un cuento de Navidad, que escribí para este día y que gustó mucho, pues fui muy aplaudida y felicitada, todos los cursos nos lucimos cada uno de una manera, luego nos fuimos a cenar todos juntos, para seguir la fiesta, que ya sabéis, bien cenados, bien bebidos, la alegría se desborda, hubo risas y alegría, nos juntamos a cenar unos ciento treinta. Parece mentira que ambiente hemos creado, en nuestra clase estamos dos cursos juntos y nunca hemos tenido una discusión, ni una palabra desagradable,( y somos alrededor de cien), pero las clases son como una fiesta para todos. Tenemos unos profesores estupendos y aprendemos muchas cosas, otras recordamos, en fin que los lunes y miércoles los esperamos como agua de Mayo. Tuvimos tras la cena, baile, alguien tendrá hoy su cansancio, pues parecemos jovencitos a la hora de "menear el solomillo" En fin lo pasamos en grande y deseando volver a juntarnos. Me han pedido que trascriba el cuento que yo escribí y leí, así que los complazco y copio.
NADIE Cuento de Navidad. No sabía, ni cuando ni como había nacido, ni si había tenido padres o era una planta que se había hecho niño.Desde que tenía memoria de su existencia, estaba solo. Andaba errante. Cuando comía, era de paso. En una huerta cogía una hojita de lechuga, un tomate, o una manzanita que hubiera caido al suelo de u.n árbol, pues sus piernas cortas y flacas, no le permitían escalar al árbol.Casi siempre tenía que compartir la manzana con un gusanito. Eso si, siempre respetando su parte, seguro que el gusanito también tendría hambre. Iba sin rumbo, dormía en el quicio de una puerta hecho un ovillo, o en un banco del parque en el verano.... donde le pillaba la noche. Veía de lejos jugar a los niños alegremente en el parque. Le gustaba. Unas señoras los cuidaban cariñosamente que los niños llamaban mamá. ¿Habré yo tenido alguna vez mamá?_ se preguntaba. Un día llegó a sus manos una pelota, la cogió. Vino a buscarla una preciosa niña rubia y se la dió. Había tenido por primera vez un juguete en sus manos ¡que ilusión¡
-¿Cómo te llamas?- le preguntó la niña.
Se quedó pensando y dijo: NADIE.
¡Que nombre mas raro- dijo la niña y se marchó con la pelota-
Así era su vida. Un dia, una señora de cara sonriente y pelo blanco, le dijo:
-V en a mi casa, te pondré unas calzonas y un jersey que le han quedado pequeños a mi nieto, y estarás mas abriguadito que con esos harapos que llevas, que hace frío- Así que era una abuela, no una mamá.Pensó que las abuelas debían ser Angeles. ¡Que calentito con su ropa nueva¡ No sabía dar las gracias, así que besó aquellas manos y regño con sus lágrimas de agradecimiento. Pero la abuela, hizo mas. Le preparó un bocadillo de pan blanco y tierno con una cosa redonda y r9oja dentro, que estaba muy bueno y que NADIE, comio con fruición. Se atrevió a preguntar a la abuela como se llamaba.
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