lunes, 20 de julio de 2020

MIS POLLITTOS Y YO

Aquella tarde no era la mia. Una cáscara de plátano me hizo resbalar, caí para atrás, y me di tal golpe en la cabeza que perdí el conocimiento. La caida derbió ser tan aparatosa, que yo oía decir:
Se ha matado
Yo respondía, no, pero nadie lo oía. De pronto sentí que me iba cayendo a un pozo, hondo. muy hondo y que a medida que iba cayendo me iba empequeñeciendo mas y mas. Luego un gran culetazo me paró en seco. Abrí los ojos  y , encontré rodeada de cientos de polliotos amarillos como de algodón, que asustados se habían apartado de mi. Yo pregunté:
¿Donde estoy?
Los pollitos fueron acercándose poco a poco para contemplar aquel raro especimen que era yo. Tenía hambre, perto no podía comer aquella especie de harina con granitos de cereales... pero me hicieron saber que aquella era la comida y que tenían agua. Busqué unos granitos de arroz y trigo, los mastiqué y no me parecieron tan malosm luego bebí agua a chupetones con la lengua como hacían ellos. Les conté como había llegado allí. Me escucharon con mucha atención. pues ellos no conocían mas que aquella nave y pensaban que ese era el mundo. Yo era mas o menos de su mismo tamaño y cuando los cambiaban de nave para limpiarle, me cobijaban entre ellos para que los limpiadores no me vieran.
Oasaron dias, yo los enseñé a saltar a pídola, pero no eran capaces, así que hacían de "burro" uno tras otro para que yo saltara. cosa que les divertía grandemente. También los enseñé a jugar a tres en raya. Con la hariubna, fabricábamos los tableros y los granitos de distentos colores  eran las fichas. De este juego hicimos hasta competiciones, y así sin darnos cuenta íbamos creciendo a la vez

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