Pues ya que tenemos al malo entre rejas o colgando de una cuerda y al bueno con su rubia, vamos a seguir con mis recuerdos del Teatro. Tiene en el techo un precioso artesonado y hace ya muchos años, tenía tres maravilosas lámparas de cristal de roca, dos mas pequeñas, y la central, era enorme, Pues bien un día en plena función, se rompió el anclaje de la lámpara central y pudo ocurrir una gran tragedia. Si hubiese caido de golpe, hubiera matado a varias personas. Por suerte, solo se rompíó el anclaje del techo pero resistieron la cuerda que hacía de ascensor para subir y bajar la lámpara cuando había que reponer bombillas y el cordón eléctrico y fué mas lenta la caida. Algún herido de poca monta, pero al que le dió de lleno fue a mi amigo Pepe, que lo armó un buen fregao en la cabeza. La lámpara quedó hecha trizas en medio del pasillos del patio de butacas. Para evitar mayores males, suprimieron las tres lámparas, quedó el techo como triste y pobretón, pero luego nos fuimos acostumbrando a verle vacío. Se hicieron unos apliques con los restos a los lados del escenario y se iluminó el teatro de forma que no peligrase la vida de los espectadores. Por el escenario de nuestro querido teatro, han paseado las mejores compañía de dramas , comedias, revistas, zarzuelas, conciertos, tonadilleras, y toda clase de espectáculos. Cuando yo era joven había en la localidad varios grupos de gente joven que tenían dotes artísticas y de vez en cuando, nos ponían una obra de teatro, una zarzuela.... pero lo hacían tan bien los que cantaban las partituras zarzueleras que nada tenían que envidiar a los profesionales, También actuaban de vez en cuando los COROS EXTREMEÑOS, creado por el eminente musicólogo placentino don MANUEL GARCIA MATOS, uno de los primeros, si no el primero de Extremadura, siempre con gran éxito. Cantantes modernos, en fin todo lo que valía la pena en el momento oportuno, pisó nuestro escenario. La última fila de butacas, era conocida con el nombre de la "fila de los mancos" ¿por que sería? decían que no se veía una mano ¿donde estarían? Jajaja. También los "pobrecillos" debían ser sordos y ciegos, pues si al salir les preguntabas si la película había sido buena o mala, no sabían contestar, vamos que no la habían visto ni oido. Os contare mas cosas otro dia ¡Que pesada¡ pero aaún me quedan recuerdos que son como parte de la historia de nuestro nonagésimo Teatro Alkázar
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