jueves, 19 de marzo de 2015

A LA LLAGA DEL HOMBRO

  A LA LLAGA DEL HOMBRO

¡Oh¡ que triste y solitario
te encontraste en Tu Pasión¡
Incomprendido, olvidado,
traicionado, escarnecido,
abandonado y negado,
y con las turbas judías
escupiendo su rencor
con falsas acusaciones,
para herir Tu corazón.
Señor, cual manso cordero,
callas y sufres ¡ mi Dios¡
¡Cuánto debió de sufrir
ese manso corazón¡
Considereando tus llagas,
se me parte el coraón.
Un montón de azotes viles
ese cuerpo recibió.
¿Cuántas llagas te salieron?
¡Quisiera besarlas yo¡
Y la corona de espinas
que dolor produciría,
en tu cabeza ¡Mi Dios¡
Las ataduras, tus manos,
sangrar te hicieron ¡Señor¡
A más los clavos, la lanza
que llegó a tu corazón.
Ninguna parte en tu cuerpo
dejó de sentir solor.
Mas, una llaga Jesús
debió de dolerte tanto.....
que al meditar sobre ella
se inunda mi alma de llanto.
Nunca Señor, una imagen
crucificada vi yo,
ni pintada, ni tallada
que mostrase tal dolor.
Tu hombro, Señor, tu hombro,
que todo el peso cargó
de los pecados del mundo,
esa, si que te dolió.
Seguro te lastimó,
mas que azotes y que espinas,
lanza y clavos (creo yo).
Si los hombres coimprendieran
el infinito dolor,
y el peso que fatigado
ese hombro soportó...
¡Que feliz el Cirineo
que ese dolor mitigó¡

DE MI LIBRO VERSOS AL CIELO
EN LAS FIESTAS DE PRIMAVERA DE LA ASOCIACIÓN CULTURAL PLACENTINA PEDRO DE TREJO, OBTUVO EL SEGUNDO PREMIO, EN MAYO 2004

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