LA PANDEMIA

Poe la tele moa sijweuh

quhabia llegau an la China

un bichu mu puñeteru

que a toa la gentiu mataba,

Peru la China está lejus

y comu son muchus chinos...

por pallí see queará.

Por mie usté, se mois vinu pacá.

Mos encerrarun en casa

como pajarinno en jau.la,

mos jacin lavá klas manoi,

manque las tengamus blancas.

No tarrimes a la pareinta

ni a la vecina de al lao.

Yo, miba en la madrugá

a echar de comé a las cabras.

Mos vemus tapau las caras,

estamus comu reñíos

y sin habel discutio.

Mos han metío el meio en el cuerpu, 

que no nos deja respiral

D  e ma añluao el gargüero, 

cuasi noi pueo respiral.

Se muerin klos agüelinus,

los meicos, las enferam los cura

y naide lo acompaña,

mos vemos tapau la cara.

mos han cerrau las Igresias,

mo poemos ni rezal,

no poemus sacá al Cristo.

ni a la Patrona procesioná.

Y el puñeteru bichuino,

ha vençio pa quedarse. 

y mos ha dejau mu tristes.

¿Hasra cuabso0' DIOS lo savrá

 A A la UnivERsidD de Nayores de Plasebncia, acudenb muchos compañeros de los pueblos de alrededor, vienen en sus coches, pero de Malpartida de Plasenncia viebe ub grypito y para no traer tantos coches, han decidido alquuilar un autobúas, que los trae a las cinco y recoge a las ocho para regresarelos al pueblo. Pues un dia se averió el autobús y   para resolver el proble. yo propuse que pasaran la noche entre los comnpañeros de Plasenbcia. Yo elegí a Manel y Pepita. Manuel es muy querido por mi,. es tan atento, que como yo dada mi edad tengo dificultades para bajar las escaleras, el me espera,. me da su brazo y me acompaña hasta la salida. Yo la "chincho a Pepita"; Me llevo a tu buen mozo. Ella me sigue la corriente y me responde; Chioncha tu qye luego se viee a dormir conmigo. Pues a estcob estos queridos compañeros me vieb a casa. Algunos compañeros mas venñia tras de nosotros, yo pensé que irían a su destino, pero cual no sería mi susto cuando dijeron que veñian a mi casa. La cenba la arreglamos como pudimos cobn huevos y latas, pero ¿Como íbamos a dormir, si yo tengo solo una cama de matrimonio y dos camitas. Mi casa no es el Palacio del Marqués de Mirabel, miu buenba voluntad, si. En las camas durmieron con unba mabnta por colchón, ya que los colchones fueron al suelo y jubntándolos se hiuzo cama redonda. Pero solo tengo un caurto de aseo... ¡eso era oi peir¡. Por la mañana todos pensamos lo mismo, levantarnos temprano para coger sitio. El mas espabilado se hizo con él, y sin  prisas se pyuso a "diualogar" con el Señor Roca", y la cola aporreabdi la puera y "bailando" sus necesidades, algunos hasta cb música de viento inconteniuble. Con los apuros, se amotinaron contra mñi, primero, insultandome y después la emprenbdieron a goslpos por no tener mas sevicios. Yo gritaba y lloraba sib poderles dar ubna satisfacción. Un puñetazo,. ne hiuzo dar un grito.... Y entonces, desperté bañada en sudos, dando gracias a Dios que todo había sido un sueño

No se cuantas erratas habra, pues escribo a tientas Perdon

SAN JOSE Y EL DEMONIo

Aqyella mañana, San José como cada día madrugó, para comenzar a trabajar haciendo el menor ruido posible paea no despertara su esposa e hijo. Bajó a la carpintería y cual fué su saombro, al ver que habían desaparecido todas las herramientas, solo quedaba el banco de trabajo. El, estaba seguro que lo había dejado limpio y ordenado como cada fin de jornada. Había recogido las birutaqs para que su esposa encendiera la lumbre al dia siguiente, y colocado cada cosa en su sitio. La amargura se apoderó de él ¿cómo iba a trabajar si las herramientas habían desaparecido?. Se sentó a la puerta a llorar. De pronto apareció un hombrecillo de aspecto desagradable. Le hab´lo como si le conociera de toda la vida.

José ¿que te pasa? -Señor ¿como conocéis mi nombre, si yo no os conozco- le dijo San Josñe- ¿como os llamáis?. El hombrecillo dudó un poco y dijo; -TAnás. -José le dijo: Señor me han robado mis herramienta y no piedo trabajar. -Yo llevo mi carro con ellas, te las vendo. -¿Cual es el precio?- Seguro que os negaréis a pagármele.- Decidmelo por Dios El hombre griutó mas que dijo:- A eseni le mientes. Bueno, pero decidme el precio, dijo José. A cambio de todosas las herramientas, me darñeis a vuestro hijo Jesñus, Imposioble,. le dijo el carpintero, antes os daría mi vida. Alejaos de mi. El hombrecillo insistió, -Pues si no me das a Jesús, tu vida no me vale, quiero tu alma. Mi alma no es mía, es de Dios . El hombrecillo volvió a gritar indifnado:-Te he dichio que a ese ni le mientes. José le dijo, es que de mi vida no puedo disponer, así que marcha, aléjate de mí. San José,. despertço sudoroso y asustado. Geacias a Dios todo había sido una pesadilla. Bajó raudo al talleer y vió lleno de gozo que todo estaba como el lo había dejado la noche anterior. Bueno todo, no, la sierra estaba encuma de la mesa y tenía los dientes algo doblados, Su alegría menguó, pero de todas formas le dio gracias a Dios por que solo tençia que comprar la sierra. De pronto apareció el horrible hombre, echando chispas por los ojos, y le dijo:- Como sabía que eras justo, pedí permiso al Imnombrable para tentarte, lo que tu crees fuñe un sueño ocurrió de verdad, y no pude vencerte, pero te quedé la sierra inservible como mestra de nuestro encuentro. Y dando un fuerte4 grito, desapareció. San Josñe elevó los ojos al Cielo y dió gracias a Dios, itentó probar la sierra a ver lo que podía hacer,. y ¡oh¡ milagro, cortaba dos veces mas rápida la madera que antes. El Señor su Dios al que invocaba con frecuencia le habíoa concedido ese favor. Desde entn¡onces todas lkas sierras tienen los dientes doblados.

S

EL ARBOL Y LAS CUATRO ESTACIONES

 Maldito Otoño,se quejaba el Arbol, rodos los años me haces la misma faena, me amarilleas las hojas, me las vuelves marrón y me las arrancas y juegas cobn ellas ¡con lo hermoso que estoy con miss verdes hojas.

Otoño, ya cansado de sus quejas de siuempre, le increpó:

Mira estúpido ¿re has olvidado de cuando eras un embrion de áarbol como con las hojas de tus hermanos yo te cubríua para que fueras haciñendote fuerte? Re cobijaba de los frías de mi hermano, y luego te servía de abono para tu crecimiento. Eso lo hacía cada año con amor para que te convirtieras en el presuntuoso árbol que ahora eres. Tras de mi viene mi hermanio Invierno, con sus aguas, heladas y niueves te endurecerá y te dará fuerzas para que sigas fortaleciéndote. Se que te gusta mas mi hermana Primavera, que te alfombra de flores a tu alrededor, que te lena de hojas verders brillantes y te ves hermoso, pero pasará y vendrña mi Hemano Verano y te sofocará con sus calores, y gracias a que yo te abonñe con las hiojas de tus hermanos árboles,. menos egoistas que tu,seguitás con vida. Luego volverá yo y comenzará de nuevo a repetirse, ¿Comprendes ahoira mi misión? No seas engreido, Dios nos hiuzo a los cuatro hermanos y cada uno cumplimos nuestra misión. Pero piensa que todo lo que nace vive y muere, así volvemos a renacer, yo, Otoño y mis hermanos Invierno, Primavera y Verano. Tu y todos lo seres vivos nos necesitáis a los cuatro. ¡Vamos lo dicho¡ No te quejes y agradece a Dios por todo lo que te rodea

CUENTO EXTRRMEÑO DE NAVIDAD

Dejé la mi  burra

guardá en el portal,

enllené de paja el pesebri,

atranqui la puerta,

me fui pa la casa

De prontu,una luci

como si habiuera fuegu,

pero no,auqella era otra luz

mu linda y mu blanca.

Miré por un bujerinu

qhabia en la paré

y vi la mi vaca

con una burrina

que yo no había puestu

con ella encerrá.

Aluego vi un hiombrí

con una señora mu uapa

y un niñinullorandu

encima un trapinu

echau en el pesebri, 

la burra y la vaca

lechaban alientu

pal niñu calentá.

Barrí el establu

les jice una lumbri

pa que se pudiera calentá

Aluegu vinieron unus uapos mozos

que se le pusierunh a cantá,

vestios de blancu,

aluegu vinierun pastoris

rocabdu vigüelas a cantar

al niñu pa que se durmiera.

Aluego, vinieron unois señoronis

decían queran Reyis

con unas cajinas mu lindas,

uno traía oro, otro inciensu

que olía como en la Igleisia

los dias de fiesta,

el otro traía mirra

(no se pa que vali)

iban mu elegantis y remuaos.

to aqullu, me veía grandi

y me caí despalda

y me esmallé.

Al despertarmi, enb e

en el establu, no había na. Es

En el establu, estaba 

solina mi vaca como la dejé.

Me dió un corajñi despertar...

Esste era el sueño que mi abuelo me contaba una y otra vez en las noches friuas del invierno alrededor de la lumbre, y es el cuento que yo os cuenro el dia 24 de Diciembre de 2020 AÑO DE LA PANDEMIAMIA, deseando Felices Pascuas de Navidaad al mundo entero y que cese esta pandemia es mi deseo para el 2021