Mi abuelo paterno era bejarano como todos sus antepasados. No se si el mote o apodo tan feo, se lo pusieron a él, creo que fué a un abuelo suyo, pero el lo llevó consigo durante muchos años. Le llamaban EL PILILA. En béjar era muy corriente que se juntaran los domingos amigos y familiares y marcharan al campo a cocinar el CALDERILLO. Era un guiso que se cocinaba en un caldero, (de ahí le viene el nombre) a un guisado de patatas con carne. que hay que tener cierto arte pues lo preparan de un modo especial, y está riquísimo. Mi madre era una artista haciéndole. Cuando íbamos de campo, lo cocinaba mi padre, que dicho sea de paso, lo bordaba, pero nos tenía a todos de pinches, Maruchi (yo) el aceite, Bernita ( mi hermano) dame la sal, Candi, mi hermano pequeño que era un traste , quítate de cerca de la lumbre, Mada, (mi madre), sal agua pimentón y todos los ingredientes, así que luego presumíamos de lo bien que nos había quedado el calderillos pues todos erámos colaboradores. Pues hoy leyendio un cuento del Tio Antonio Chirimías sobre los motes me ha venido a la imaginación, el de mi familia. Luego fueron los hijos colocándose en Madrid y mis abuelos acabaron en Madrid. Mi madre como no había salido de Béjar, era costurera y nunca se había separado de sus padres, ir a Madrid le parecía un destierro y mi padre se quedó en Plasencia y aquí nacimos los tres hermanos y mi padre se libró del mote. Pues la anécdota es la siguiente:
Mi abuelo fué un tiempo concejal del Ayuntamiento de Béjar, el cargo sería lo que ahora se llama delegado de parques y jardines, o algo así. Bueno lo hizo por lo visto muy bien, canalizó varios regatos, hizo fuentes y la gente que salía hacer los calderillos al campo, se lo agradeció mucho de forma, que cuando dejó de ser edil, con guasa decían: ¡AY QUE PENA¡ QUE SE HA QUEDADO SIN PILILA EL AYUNTAMIENTO. Yo cuando iba en el verano a Béjar todavía le preguntaban a los abuelos maternos, ¿Esta es la niña de Esteban? Pues entonces eres Pilila? Yo no sabía bien lo que significaba pero no me gustaba, me gustaba mas el apodo de mi abuelo Cándido, que era de los CARABONITAS de Sanchotello.
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