El libro, si que relataba que todos los que tuvieron algo que ver con Jesús niño, en su nacimiento o infancia, volverían a verse en su pasión y muerte, y así Dimas fue premiado al ser compañero de cruz y por su buena acción que Jesús nunca olvidó, le prometió llevarle con El al Paraiso . Y no quiero aburriros mas con mi relato. Si habéis seguido hasta aqui, gracias
jueves, 29 de diciembre de 2016
AVENTURAS Y DESVENTURAS DE LA HUIDA A EGIPTO
Pasó el peligro de los soldados y un gran suspiro de alegría salió del pecho de San José. Miro al cielo para dar las gracias, y emprendieron el camino un poco mas tranquilos. Pero no habían terminado sus malos ratos. En el camino, se encontraron con tres zagalotes, uno qie parecía el que comandaba el grupo, pelirrojo, con el pelo rizado y muy mal encarado. como de unos veinte añosy los otros dos, casi niños, como de catorce años mas omenos. Navaja en mano el mayor, amenazó a San josñe con matarloss a los tres, comenzando por el niño, si no le entregaban cuanto llevaba en sus alforjas, ya fuera comida o dinero. El pobre San José, dejó que le vaciaran las alforjas con tal de salvar a su esposa e hijo. Sin dinero, sin comida y sin agua, en aquel interminable desierto ¿qué iba a ser de ellos?. Las lágrimas, le corrian abundantemente por su cara. Lágrimas de pena y dolor, no de desesèración. Confiaba en que Dios los ayudaría. Alguna caravana pasaría por allí y temdría compasión de ellos. Se hizo de noche, el cansancio fue mayor que la desazón y quedaron dormidos.Los tres asaltantes, eran ni mas ni menos que Barrabás, Gestas y Dimas. Dimas, cuando vió dormidos a sus compañeros, tomó la parte que le había correspondido, y con mucho cuidado, se levantó, desandubo corriendo el camino y cuando encontró a la Sagrada familia, con mucho cuidado y sin hacer el menor ruido, metió en las alforjas de San José lo poco que era su botín. Despertó San José y encontró con gran contento, que aunque poco, al menos tenía para dar de comer y agua a su familia, Dió ggracias a Dios, y prosiguieron el camino. Con grandes fatigas consiguieron llegar a Egipto, un país desconocido, un idioma desconocido, unas costumbres y unos dioses desconocidos. ¿qué iba a ser de ellos? Pero la fe en que José tenía en que el Señor no los desampararía, le confortó. Buscó trabajo que encontró de inmediato, (y bastante bien retribuido) una modesta casa y allí pasaron unos años nuestros primeros emigrantes, hasta que Herodes murió y a San José como cada vez que debía tomar una gran decisión, le dijo que podían volver a su pais. Recogieron sus pertrechos y emprendieron el camino a casa con gran contento, a pesar de que no les fué mal en aquel extraño país. Del camino de regreso, el libro no recuerdo que contara nada, debió por tanto ser menos azaroso que el de ida.
miércoles, 28 de diciembre de 2016
AVENTURAS Y DESVENTURAS DE LA HUIDA A EGIPTO
En un libro muy antiguo que tenía mi abuela, recuerdo haber leido.los avatares de la huida a Egipto, de la Sagrada Familia. Nació el Niño Jesús en Belén en un establo por no encontrar posada, ni tener el dinero suficiente para pagarla. El egoismo humano, les cerraba la puerta. Eran muchos los forasteros que llegaban a Belén obedeciendo la órden de empadronamiento dictada por el Rey, y la gran afluencia de forasteros y la avaricia lo invadía todo. Tras los primeros dias en que todo fueron festejos y regalos, la calma volvía a ser lo habitual en la Sagrada familia. San José, experto carpintero y edificador de edificios, buscó trabajo en Belén ante la imposibilidad de regresar a Nazaret, con su esposa recién parida y un niñito recién nacido, y poco o ningún dinero. Enseguida encontró empleo y se quedaron allí a vivir. Pensaron que cuando Jesús hubiera cumplido tres añitos y pudiera resistir tan largo viaje de Belén a Nazaret.
La Virgen, en los años que había estado en el templo, se había convertido en una estupenda costurera y bordadora, por lo que las mas ricas del pueblo la buscaron para que confeccionase adornases sus vestidos. Vivían de su trabajo, sin ostentación alguna y procurando ir ahorrando para su vuelta a casa. El Niño, crecía con salud y una inteligencia que a todo el mundo admiraba. Le gustaba jugar con los niños haciendo figuras de barro, sobre todo pajaritos, a los que insuflaba un aire en su piquito y se convertían en pajaritos de verdad que volaban alegremente. Tenía casi tres años,, cuando salió un pregonero anunciando que debían morir por órden del Rey Herodes, todos los primogénitos, de tres años para abajo. (Me he comido a propósitos que los Reyes Magos, habian pasado por el palacio de Herodes buscando al Niño Rey que había nacido en Belén, y que debía tener alrededor de tres años. Y que el malvado Rey le creyó un rival y quiso deshacerse de el, por no alargarme demasiado) Una noche en sueños, a San José, le ordenó un Angel:
José, coge a tu esposa e hijo y huye a Egipto, antes que Herodes pueda hacer mal al niño. Cogieron lo necesario y los pocos ahorros, y emprendieron la huida a Egipto. No fué fácil para el pobre San José,. pues la mulita que los había llevado de Belén a Nazaret, ya iba siendo vieja y lenta. Montaron en la borrica la Virgen y el Niño, y comenzó la penosa. emigración. no supieron la masacre que quedaban atrás. El camino era largo y penoso, mucho desierto y poca agua. Un día con espanto sintieron el trote de gran cantidad de caballos con unos sanguinarios soldado pasando a cuchillo a los inocentes niños. Señor, -dijo San José- protéjenos. Tan solo tenía a la vista una palmera para esconderse y hasta allí dirigieron sus pasos con los caballos cada vez mas cerca. La fe del Santo varón, debía ser infinita, se pusieron tras el tronco de la palmera ¡precario escondite¡ Pero ocurrió el milagro. La palmera, abatió sus palmas hasta el suelo, cobijando a la Sagrada Familia de forma que pasó el peligro y ellos estaban ilesos. Pero no terminaron aquí las desdichas de la familia.
La Virgen, en los años que había estado en el templo, se había convertido en una estupenda costurera y bordadora, por lo que las mas ricas del pueblo la buscaron para que confeccionase adornases sus vestidos. Vivían de su trabajo, sin ostentación alguna y procurando ir ahorrando para su vuelta a casa. El Niño, crecía con salud y una inteligencia que a todo el mundo admiraba. Le gustaba jugar con los niños haciendo figuras de barro, sobre todo pajaritos, a los que insuflaba un aire en su piquito y se convertían en pajaritos de verdad que volaban alegremente. Tenía casi tres años,, cuando salió un pregonero anunciando que debían morir por órden del Rey Herodes, todos los primogénitos, de tres años para abajo. (Me he comido a propósitos que los Reyes Magos, habian pasado por el palacio de Herodes buscando al Niño Rey que había nacido en Belén, y que debía tener alrededor de tres años. Y que el malvado Rey le creyó un rival y quiso deshacerse de el, por no alargarme demasiado) Una noche en sueños, a San José, le ordenó un Angel:
José, coge a tu esposa e hijo y huye a Egipto, antes que Herodes pueda hacer mal al niño. Cogieron lo necesario y los pocos ahorros, y emprendieron la huida a Egipto. No fué fácil para el pobre San José,. pues la mulita que los había llevado de Belén a Nazaret, ya iba siendo vieja y lenta. Montaron en la borrica la Virgen y el Niño, y comenzó la penosa. emigración. no supieron la masacre que quedaban atrás. El camino era largo y penoso, mucho desierto y poca agua. Un día con espanto sintieron el trote de gran cantidad de caballos con unos sanguinarios soldado pasando a cuchillo a los inocentes niños. Señor, -dijo San José- protéjenos. Tan solo tenía a la vista una palmera para esconderse y hasta allí dirigieron sus pasos con los caballos cada vez mas cerca. La fe del Santo varón, debía ser infinita, se pusieron tras el tronco de la palmera ¡precario escondite¡ Pero ocurrió el milagro. La palmera, abatió sus palmas hasta el suelo, cobijando a la Sagrada Familia de forma que pasó el peligro y ellos estaban ilesos. Pero no terminaron aquí las desdichas de la familia.
Como ya me he excedido en el relato, como siempre lo terminaré mañana si Dios quiere
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